Después de tantos años viviendo en sociedad, he llegado a la conclusión que de las cosas más importantes y básicas en esta vida… y en todas las que ustedes quieran vivir… dependen únicamente de la educación (¡Oh, gracias bendita Calíope por tu inspiración). Por ello, he creado este blog.

Pero si de aportar soluciones se trata, no esperen milagros, que todo en esta vida requiere esfuerzo. Este blog me servirá de agenda, recordatorio y reflejo de lo que puede valer la pena trasmitir y comunicar. También, no nos engañemos, poder desparramar a mi aire, que para eso soy el autor.

Quizá se hayan fijado en el título: Piratas y corsarios en la educación. Si les gusta un poquito la historia o son un mínimo de curiosos, ya sabrán la diferencia entre unos y otros. ¿Quiénes son aquellos que, a costa de la educación, se lucran y roban pensando en sus intereses? ¿Quiénes son aquellos que lo hacen incluso dentro del mismo sistema educativo? ¿Quiénes son aquellos que manipulan el sistema en contra de todo sentido común? Algunos se hacen llamar profesores, otros directores, otros políticos y los peores, la misma sociedad (nosotros)... por permitirles todo esto.






martes, 25 de abril de 2017

Los videojuegos mejoran las habilidades cognitivas y emocionales

Según estudios científicos, los videojuegos tienen efectos beneficiosos para el cerebro.
Para algunos padres y maestros, los videojuegos son una pérdida de tiempo que distraen a los más jóvenes de actividades más significativas, como estudiar o leer. Sin embargo, se ha comprobado a través de varias investigaciones científicas que jugar videojuegos es, además de una buena actividad recreativa, una perfecta forma de incrementar el volumen cerebral, mejorar las habilidades cognitivas y el control de las emociones.
 
 
A pesar de que los videojuegos han sufrido una importante evolución en las últimas décadas, la concepción sobre ellos no ha evolucionado como se esperaría. Se dice a nivel popular que generan trastornos sociales, alimenta la violencia y son adictivos. Sin embargo, la ciencia ahora demuestra lo contrario, y a través de diferentes investigaciones ha comprobado los beneficios de este tipo de juego a tal grado que algunos expertos aseguran deberían utilizarse con mayor frecuencia en la educación.
La New York University Shanghai y The University of Hong Kong han demostrado a través de una investigación que jugar cinco horas de videojuegos por semana ayuda a mejorar las capacidades visomotoras y la memoria. Esto es debido a la coordinación que debe realizarse ante las pantallas, habilidades que luego pueden aplicarse en la vida real, como por ejemplo, al conducir.
El experimento fue realizado con adultos que no habituaban jugar y tras algunas partidas controladas, pudo demostrarse que sus habilidades motoras de coordinación y su visión mejoraron considerablemente. Se detectó además, una mejora en la retención de conceptos, debido a las conexiones cerebrales que se producen mientras se practica esta actividad.
 
 
Por otro lado, el Instituto Max Planck realizó un experimento con videojuegos donde se encontró un importante incremento de la materia gris en el hipocampo y la corteza prefrontal en aquellas personas que suelen jugar con juegos de video de estrategia. Considerando las funciones que se realizan con estas partes del cerebro, se concluyó que este tipo de actividad recreativa ayuda a mejorar las funciones cognitivas.
En cuanto al manejo de las emociones, el British Medical Journal realizó también un estudio sobre los videojuegos para comprobar qué efectos tienen en el comportamiento de los niños. Existe un gran debate sobre las emociones que despiertan los videojuegos, sobre todo aquellos que resultan violentos y pueden desatar conductas patológicas. La investigación de dicho centro se realizó durante 10 años, en el que se hizo un seguimiento de once mil niños que jugaban juegos de video y se concluyó que no hay una relación directa entre la exposición a los videojuegos y los problemas emocionales o de comportamiento.

martes, 11 de abril de 2017

Los niños que aprenden filosofía son mejores en matemáticas e inglés

 
El STEM está pegando fuerte (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), y las asignaturas de letras puras están convirtiéndose en montañas de datos para ganar una partida al Trivial Pursuit y poco más. Sin embargo, a la luz de un nuevo estudio, esto no parece ser del todo cierto.

Por ejemplo, los niños que reciben clases de filosofía resultan luego más competentes en asignaturas como las matemáticas.
 
La asignatura que te enseña a pensar

Según este
nuevo estudio, niños de 9 y 10 años de Inglaterra que participaron en una clase de filosofía una vez a la semana durante el transcurso de un año, aumentaron considerablemente sus habilidades en matemáticas y alfabetización.

Más de 3.000 niños en 48 escuelas de toda Inglaterra participaron en discusiones semanales sobre conceptos tales como la verdad, la justicia, la amistad y el conocimiento. Y, concretamente, las habilidades de lectura aumentaron en cuatro meses, las matemáticas en tres meses y la escritura en dos meses.

La Education Endowment Foundation (EEF), que ha dirigido el estudio, ha usado un ensayo controlado aleatorio, similar a la forma en que se prueban muchos fármacos. 22 escuelas actuaron como un grupo de control, mientras que los estudiantes en los otras 26 tomaron la clase de filosofía.

Los efectos beneficiosos de la filosofía duraron dos años, y el grupo de intervención siguió superando al grupo de control mucho después de que las clases terminaran. 
Otras pruebas del beneficio de la filosofía

No es la primera vez que se intenta algo así. El programa que usó el EEF, llamado P4C (filosofía para niños), fue diseñado por el profesor Matthew Lippman en Nueva Jersey en los años 70 para enseñar habilidades de pensamiento a través del diálogo filosófico.

En 1992, la S
ociedad para el Avance de la Investigación Filosófica y la Reflexión en la Educación (SAPERE) se estableció en el Reino Unido para emular ese trabajo. P4C ha sido adoptado por escuelas de 60 países.

También cabe advertir que el programa de SAPERE no se centra en la lectura de los textos de Platón y Kant, sino más bien en historias, poemas o fragmentos de películas que impulsan discusiones sobre temas filosóficos. El objetivo es ayudar a los niños a razonar, formular y hacer preguntas, entablar conversaciones constructivas y desarrollar argumentos.

Los niños con mascota viven mejor gracias a dos microbios

La probabilidad de sufrir obesidad y alergias en niños que tienen mascota (perro o gato) parece ser menor que en los niños que no tienen mascota. Y la razón no es psicológica.

El motivo reside en dos microbios que transmiten estos animales a los niños.

Ruminococcus y Oscillospira
Ruminococcus y Oscillospira son los dos microbios que se hallaron en los niños que tenían mascota, según el estudio llevado a cabo por la experta en epidemiología pediátrica Anita Kozyrskyj, de la Universidad de Alberta en Canadá.

En el estudio se analizaron un total de
746 bebés y niños pequeños (70% de vivía con perros, y el resto vivía, con gatos). Lo más curioso es que este efecto beneficioso de los microbios ya tiene lugar en el claustro materno, antes de que los hijos nazcan.

Otras ventajas de tener mascotas

En el caso de que te preocupe tu salud cardiovascular, los perros pueden mejorar esta condición y los gatos pueden empeorarla.

Es lo que sugiere
un estudio realizado por Erika Friedmann y sus colegas de la University of Maryland. Comenta así el resultado Richard Wiseman en su libro 59 segundos:

Este sorprendente resultado animó a los científicos a explorar otros posibles efectos beneficiosos de tener perro. Se hicieron estudios que demostraban que los propietarios de perros soportaban mejor el estrés diario, veían la vida de manera más relajada, tenían la autoestima más alta y eran menos propensos a sufrir depresiones.

Karen Allen, de la State University of New York en Buffalo, también
entregó un perro al que tenían que cuidar a corredores de bolsa que sufrían hipertensión. Otro grupo de corredores de bolsa no recibieron ningún perro. Transcurridos seis meses, los que cuidaron del perro mostraban una tensión inferior.