Después de tantos años viviendo en sociedad, he llegado a la conclusión que de las cosas más importantes y básicas en esta vida… y en todas las que ustedes quieran vivir… dependen únicamente de la educación (¡Oh, gracias bendita Calíope por tu inspiración). Por ello, he creado este blog.

Pero si de aportar soluciones se trata, no esperen milagros, que todo en esta vida requiere esfuerzo. Este blog me servirá de agenda, recordatorio y reflejo de lo que puede valer la pena trasmitir y comunicar. También, no nos engañemos, poder desparramar a mi aire, que para eso soy el autor.

Quizá se hayan fijado en el título: Piratas y corsarios en la educación. Si les gusta un poquito la historia o son un mínimo de curiosos, ya sabrán la diferencia entre unos y otros. ¿Quiénes son aquellos que, a costa de la educación, se lucran y roban pensando en sus intereses? ¿Quiénes son aquellos que lo hacen incluso dentro del mismo sistema educativo? ¿Quiénes son aquellos que manipulan el sistema en contra de todo sentido común? Algunos se hacen llamar profesores, otros directores, otros políticos y los peores, la misma sociedad (nosotros)... por permitirles todo esto.






lunes, 23 de noviembre de 2015

El desarrollo cognitivo de los niños está relacionado con el aprendizaje de la música

El 50% de la inteligencia de su hijo vendrá determinada por sus genes, según un estudio reciente publicado en la revista Psiquiatría Molecular. Su relación con el medio a lo largo de la infancia, la adolescencia y la vida adulta terminarán de construir el jeroglífico. ¿Y qué pinta usted, progenitor de la criatura, en todo esto? “Sin los padres, el potencial intelectual del niño no se puede desarrollar”, asegura Álvaro Bilbao, doctor en Psicología, neuropsicólogo y autor del libro El cerebro del niño explicado a los padres. “La llave del desarrollo potencial del cerebro del niño está en las relaciones con sus padres. Aunque la genética tenga un peso importante, sin esa presencia no se convertiría en realidad. Es como un niño que puede llegar a medir 1,90 metros, pero si sus padres no lo alimentan bien, no lo logrará”.
Cuando un bebé nace ya cuenta con la práctica totalidad de las 86.000 millones de neuronas que tendrá en la edad adulta. La principal diferencia entre su cerebro y el de una persona mayor es que esas neuronas habrán desarrollado trillones de conexiones entre sí. Cada una de esas conexiones puede traducirse en un aprendizaje que el cerebro del niño ha realizado, según explica Bilbao en su trabajo. Los primeros seis años de vida son muy importantes, porque a partir de esa edad el niño empieza a perder parte de esas conexiones, concretamente las que utiliza menos.


Si no dejamos que vean televisión durante la cena, no lo haga tampoco usted, ni siquiera el informativo
Ahora que sabemos que los padres tienen la llave para el desarrollo de la inteligencia de su hijo, ¿qué podemos hacer? La respuesta del neuropsicólogo es sencilla y a la vez compleja, pero podría resumirse en quererlos, cuidarlos y compartir la vida con ellos, reforzando conductas positivas, apoyándolos, jugando ("tirados en el suelo si es necesario"), socializando, dejando que se equivoquen, dialogando todos los problemas. En eso coinciden otros expertos como Maximino Fernández Pérez, pediatra del centro de salud de La Felguera (Asturias), psicólogo y vocal de Psiquiatría Infantil de la Sociedad Española de Pediatría (AEPED). “El niño debe saber que tiene detrás unos padres que lo quieren y se preocupan por él”, afirma, y además recuerda la importancia del aprendizaje por imitación. “Los padres somos el modelo de nuestros hijos”. Tirando de refranero español, no se puede estar rogando y con el mazo dando. Si no dejamos que vean televisión durante la cena, no lo haga tampoco usted, ni siquiera el informativo.

Pero hay otras muchas cosas que hacer en la vida cotidiana para estimular el desarrollo cerebral de los pequeños y también otras muchas que tienen buena fama pero en realidad no son tan útiles. Las repasamos.
 

Apuntarlo a actividades artísticas: mejor música que teatro

Hay investigaciones que han relacionado el desarrollo cognitivo con el aprendizaje de la música (no con su mera escucha). Un estudio de la Universidad de Toronto publicado en la revista Psychological Science comparó a cuatro grupos de niños de seis años. Durante un año, un grupo estudió piano; otro, canto; otro, arte dramático; y otro grupo no recibió lecciones de ninguna clase, aparte de las clases regulares. A todos se les practicaron pruebas de inteligencia antes y después, y se encontró que en los dos grupos que recibieron lecciones de música hubo un aumento en varias medidas de inteligencia mayores que en los otros. El grupo que recibió lecciones de arte dramático también tuvo un aumento, pero no fue en las áreas relacionadas con el desarrollo cognitivo, sino en las de conducta y adaptación social. El grupo que no recibió lecciones registró un aumento menor en las pruebas.

DVD con imágenes y música para menores de 2 años: ni se moleste

Si en su casa ha habido un bebé en los últimos 10 o 12 años, conocerá estos DVD con imágenes sencillas de dibujos, muñecos o niños que van pasando al ritmo de piezas de Mozart o Beethoven. Se comercializaron con la idea de ser educativos, pero, tras un litigio, la compañía (Disney) terminó por anunciar que devolvería el dinero a quienes se sintieran afectados porque, después de verlos, sus niños no parecían más listos y porque hubo estudios que así lo desmintieron. De hecho, la Academia Americana de Pediatría advierte de que los menores de dos años ni siquiera deben ver televisión.

Programas de entrenamiento cerebral: para la memoria a corto plazo

En los últimos años han proliferado escuelas y programas, juegos electrónicos y hasta aplicaciones para móviles con el objetivo de entrenar y estimular el desarrollo cerebral… Sin ninguna base científica. Un grupo de niños de entre siete y nueve años de edad formó parte de un estudio de la Universidad de Cambridge para el que recibieron 25 sesiones de entrenamiento de memoria a corto plazo y comprobaron que, si bien hubo ciertas mejoras en esa parcela, no sucedía lo mismo para otras habilidades más amplias como matemáticas, lectura o escritura. “Si a un niño lo llenamos de conocimientos pero no permitimos que desarrolle su capacidad, no lo hacemos más inteligente. Lo hacemos más sabiondo. Quizá con estos programas parezca que el niño avanza más que sus compañeros en determinadas áreas, pero al final los compañeros lo alcanzan y ellos habrán perdido otras capacidades que tienen que ver con el juego libre y el desarrollo de la creatividad. El desarrollo cerebral no es un proceso que pueda acelerarse sin perder sus propiedades”, advierte Bilbao.

Dispositivos tecnológicos: solo a partir de 3 años

"Si a un niño lo llenamos de conocimientos pero no permitimos que desarrolle su capacidad, no lo hacemos más inteligente. Lo hacemos más sabiondo".
Álvaro Bilbao, doctor en Psicología

“¡Este niño, qué listo es! Tan pequeño y mira cómo maneja el móvil y la tableta”. Se trata de una frase de abuelos y tíos muy común. Pero un estudio de la Universidad de Boston publicado en la revista Pediatrics sostiene que el uso frecuente de estos dispositivos por parte de menores de entre uno y tres años puede afectar no solo a su cerebro, sino también a sus capacidades de desarrollo social y emocional. El smartphone y las tabletas generan estímulos tan rápidos e intensos que el cerebro de los pequeños no tiene capacidad para manejarlos. “La tecnología nunca va a mejorar la capacidad de inteligencia de base. Puede ser un complemento y fomentar algunas cualidades, pero nunca va a mejorar el patrón de fondo”, apunta Fernández Pérez.

Ver películas en inglés: el camino al bilingüismo

O dibujos animados. Cada día un ratito. Con el apoyo de un profesor nativo en la escuela o en las extraescolares. “Esto es más efectivo que un colegio bilingüe sin profesores nativos”, asegura Bilbao. Según el Estudio Europeo de Competencia Lingüística, los españoles no entendemos inglés porque siempre hemos escuchado la televisión doblada al español, cuando la escucha y visionado de productos audiovisuales en versión original mejora un 21% los resultados de los estudiantes en comprensión oral.

Lectura nocturna: siempre entre dos

El cuento de por la noche no puede ser una lectura rápida para que se duerman pronto y todo lo que los niños hagan en esos minutos sea mirar los dibujos. Según un estudio realizado en Canadá, lo que realmente mejora sus habilidades y estrategias de aprendizaje es compartir esa lectura: una página cada uno.

Música para el feto: hay reacción, pero sin consecuencias


Lo que realmente oye el feto cuando usted le habla es una especie de murmullo, algo así como el ruido de fondo de un bosque. Y aunque según un estudio publicado en The Journal of the Acoustical Society of America las palabras emitidas desde el exterior son ininteligibles aproximadamente en un 50%, un equipo de investigadores liderado por Marisa López-Teijón, jefa de Reproducción Asistida del Institut Marqués, considera que es posible hacer que las palabras o la música lleguen con claridad al interior del útero vía vaginal. "A partir de las 16 semanas de gestación, el feto ya es capaz de responder a estímulos musicales", explica la coautora del estudio Expresión facial fetal en respuesta a la emisión de música vía vaginal, publicado recientemente en la revista Ultrasond.

Pero, ¿qué sucedía cuando a los fetos de las embarazadas del estudio se les ponía música de esta manera? "Cuando aplicamos música vaginal [hay un gadget específico para ello], el 87% de los fetos movieron la boca o la lengua y cerca del 50% reaccionó abriendo muchísimo la mandíbula y sacando la lengua al máximo", explica García Faura, quien asegura que al aplicar la música al abdomen o vibraciones sonoras no observaron los mismos resultados.
 
Las respuestas motoras que describe García Faura y que el profesor Prats identifica con movimientos de vocalización, constituyen "unos resultados interesantes", pero, en opinión de la doctora Ana Riverola de Veciana, médico adjunto de Neonatología del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona), "no nos permiten extrapolar que este tipo de estimulación prenatal sea beneficiosa para los fetos a largo plazo". La experta cree que lo que el estudio muestra son respuestas faciales, y, de ahí, lo que se puede deducir es que los fetos oyen desde la semana 16, lo cual ya es muy novedoso. "Sin embargo, esto no quiere decir que el feto esté disfrutando o que ese estímulo sea positivo para su desarrollo", dice. El doctor Fernández Pérez también añade que no hay evidencia empírica de que este acto influya en la posterior inteligencia del niño.

martes, 3 de noviembre de 2015

El buen maestro no puede cobrar igual que el malo

A José Antonio Marina se le consideraba «el filósofo de cabecera de Zapatero» desde que el entonces presidente del Gobierno enarbolara en el Congreso un manual suyo sobre Educación para la Ciudadanía. Pero un ministro del PP, Íñigo Méndez de Vigo, le acaba de fichar para elaborar el libro blanco de la profesión docente, un documento que servirá de base para negociar el Pacto de Estado por la Educación.
 
 
El pedagogo, ensayista y catedrático de instituto desgrana a EL MUNDO el contenido del libro blanco que entregará al ministro «la última semana de este mes». En él apuesta por «un MIR educativo» y por «incentivos económicos y profesionales» para los profesores. «El buen maestro no puede cobrar lo mismo que el malo», argumenta.
Marina también quiere más «flexibilidad» en la contratación para que los directores puedan seleccionar a sus equipos. Plantea la creación de un cuerpo de inspectores «de élite» que actúen de «asesores pedagógicos de los docentes» y dar más relevancia a los colegios profesionales.
Por qué, con lo crítico que ha sido con la gestión educativa del PP, ha aceptado el encargo de Méndez de Vigo?
Porque creo que puede servir para algo. Hace falta colaborar para que haya un terreno donde la educación pueda tratarse en serio. Yo en eso puedo tener una ventaja: los conservadores se metieron mucho conmigo y ahora es un partido conservador en el Gobierno quien me encarga una cosa; es decir, estoy fuera de la disputa política. Si puedo colaborar para que se saque la educación del debate partidista, estoy encantado. Los docentes tienen que ser la conciencia educativa de la sociedad. Hay que cambiar el discurso, que no sea el de la queja, sino el del orgullo educativo.
¿Qué le parece que un ministro tan cuestionable como Wert esté ahora en París como embajador de España ante la OCDE?
Me parece vergonzoso y un mal mensaje para la escuela, porque demuestra una insensibilidad del Gobierno ante lo mal que lo ha hecho.
¿Qué planteará en el libro blanco de la profesión docente?
Quiero que en la carrera docente haya posibilidades de mejora y que se distinga y se premie a los buenos profesores. El buen maestro no puede cobrar lo mismo que el malo. Voy a proponer incentivos económicos y de progreso en la carrera. Planteo la posibilidad de ascensos en dos vías. Por un lado,la vía de la gestión, porque necesitamos buenos gestores de educación. Y, por otro, la vía académica. El sueldo de los profesores en España y en el extranjero es prácticamente igual en el inicio. Pero, en los sistemas de éxito, aumenta conforme van progresando y aquí no: están estancados. No tienen más sueldo por el mérito de su desempeño.
Defiende que una parte del sueldo de los profesores dependa de la evaluación del centro. El ministro ve esta propuesta como «una posibilidad» que «habrá que considerar». ¿Esto va a ir en el libro blanco?
Sí. Habrá que evaluar. En muchos países se contempla el portfolio del docente, donde se explica la calidad de su trabajo. En España el sistema educativo tiene alergia a las evaluaciones. Lo que no se evalúa no sabemos si está bien o está mal. Cerca del 40% de los docentes dice que nunca le ha dicho nadie si da bien o mal las clases. Esto es de una desidia... Forma parte de las razones por las que no progresamos. Quiero que haya dos tipos de inspectores educativos: unos que se encarguen de controlar si se cumplen las normas y otros, de élite, que sean asesores pedagógicos de los profesores y puedan ayudarles a progresar en el aula.
¿Planteará un MIR docente?
Sí. Se trata de que, para ser docente, haya una formación de grado y luego un máster. Los que tienen el máster aspiran al MIR, que capacitaría para que esas personas se fueran a la educación pública o a la privada. Pero todos los que quieran dedicarse a la docencia tienen que haber pasado esa prueba. Lo importante es formar bien a los tutores que van a formar a esos profesores y tenercentros educativos de élite.
¿Están mal formados los docentes españoles?
Los docentes no están formados en absoluto. Las facultades de Magisterio son muy teóricas y la mayoría no está al tanto de las innovaciones didácticas que se ponen a prueba en el mundo. La nota de acceso a la carrera es muy baja. Estamos estudiando una forma de subir la nota. Pero, si no hemos prestigiado primero la profesión, nos podemos encontrar con que la gente no quiera estudiar la carrera. Estamos estudiándolo porque no lo vemos claro.
¿Cree que habría que cambiar el sistema de contratación del profesorado?
Vamos a sugerirlo, sabiendo que es muy complicado, porque el tema de la adjudicación de plazas funcionariales está muy regulado. Debería haber un procedimiento para que los directores pudieran seleccionar a una parte del profesorado, dentro del funcionariado. Deberíamos reformular la función pública a fondo, necesita tener exigencias de calidad y de evaluación. La flexibilidad daría mucho más juego.
¿Qué más cosas irán en el libro blanco?
En España no tienen ninguna influencia los colegios profesionales de docentes.Es importante que la representación de los profesores vaya por dos caminos: el sindical, que es exclusivamente laboral, y el colegio profesional, que hasta ahora ha tenido una vida muy mortecina y que se encargaría de ayudar al Gobierno en la formación o en la elaboración del currículo. Esto significamás exigencias para mis colegas.
Usted defiende que lo adecuado es que se destine el 5% delPIB a la educación, pero estamos en el 4%. ¿Va a pedirle al ministro que suba este porcentaje?
Sí. Estodebe formar parte del pacto de Estado. Por debajo del 5% no podemos tener un buen sistema educativo.
¿Es partidario de que se extienda la obligatoriedad de la educación de los 16 a los 18 años? [El ministro no lo ve una buena idea].
Ningún partido lo ha propuesto. Creo que debemos ir hacia ello, pero antes deberíamos resolver muchos problemas, como mejorar la FP. La FP dual ni va a estar bien apoyada, ni bien gestionada, ni bien financiada.
¿La Lomce da más autonomía que antes a los colegios?
No, la educación sigue siendo muy rígida. De todas formas, los directores tienen más competencias de las que ejercen, precisamente porque no se sienten apoyados o porque no tienen formación suficiente para el cargo.
¿Qué piensa sobre el tratamiento que da la reforma educativa a a la Filosofía?
Es vergonzoso, pero no hace más que seguir la tendencia de la UE, que, cuando estableció el sistema de competencias, eliminó la Filosofía, que es la única que introduce el pensamiento crítico, que es parte esencial de una democracia.
¿Quitaría la Religión del currículo, como propone el PSOE?
Creo que la religión confesional no debe estar en los currículos, porque el currículo debe tratar de lo universal, no de lo particular. Pero debemos incluir una asignatura sobre lo que ha significadola experiencia religiosa en el mundo.
 

Los cinco grandes problemas del profesorado español

 
La educación está desconectada del mundo real y su mayor problema es la falta de calidad del profesorado. Éstas son las principales conclusiones de una encuesta que hoy se da a conocer en la Cumbre Mundial de Educación (WISE, en sus siglas en inglés) que se inaugura en Doha (Qatar).
 


 
La mayoría de los 1.550 profesores, estudiantes, políticos y empresarios de 149 países que el pasado agosto respondieron a las preguntas que preparó la empresa Gallup se muestra abrumadoramente «insatisfecha» con sus distintos sistemas educativos. Y cree que la cosa va a peor, según el estudio al que ha tenido acceso EL MUNDO. El plan de choque que proponen consiste, entre otras cosas, en «fortalecer la profesión de la enseñanza» y «reforzar la colaboración entre las universidades y empresas».
Precisamente estos dos asuntos están de plena actualidad en España, un país donde la mitad de los jóvenes está en paro y en donde ninguna de las siete leyes educativas que ha habido en democracia ha regulado el principal pilar del sistema educativo: los profesores.
El Gobierno ha reaccionado en vísperas electorales y ha fichado al filósofo José Antonio Marina para elaborar el tan reclamado libro blanco sobre la profesión docente. El pedagogo y ensayista precisamente acaba de publicar otro libro, Despertad al diplodocus. Una conspiración educativa para transformar la escuela... y todo lo demás (Ariel), en el que da muchas pistas de por dónde irá en su cometido gubernamental.
El diagnóstico que él hace es que en España nuestros profesores están desprestigiados, viven aislados y han perdido la pasión por su trabajo, mientras fallan la selección y la formación y falta liderazgo en los directores. Éstos son los cinco grandes problemas de la educación española, según Marina (y según buena parte de la comunidad educativa):

1º. Selección

En Singapur, Corea del Sur o Finlandia -los sistemas educativos de más éxito-, el 100% del profesorado se recluta entre el tercio superior de los estudiantes; es decir, entre los más brillantes. En España ocurre como en EEUU: deciden ser profesores los alumnos más ramplones, a falta de otra ocupación mejor. «El sistema no selecciona a los mejores». La solución que propone Marina es crear un nuevo modelo de acceso similar al MIR sanitario. Esta propuesta la apoyan casi todos los partidos políticos y Cataluña ya ha dicho que va a ponerla en marcha por su cuenta.
Francisco López Rupérez, presidente del Consejo Escolar del Estado, es un firme defensor del MIR educativo y lo ha estudiado a fondo. Explica a este diario que «las profesiones más robustas y los países con mejores resultados educativos primero seleccionan y luego forman a los candidatos previamente seleccionados». «Ello evita que los jóvenes efectúen una elección masiva del grado de maestro, por ejemplo, que, en el caso español, llega a triplicar las necesidades del sistema; aumenta la eficiencia del gasto público; eleva la calidad de la formación, y contribuye a hacer de la docencia una opción profesional prestigiosa y, por ende, más atractiva».

2º. Formación

Por un lado, «los planes de estudios para los aspirantes a maestros y profesores requieren de una actualización». El entrecomillado es de Nicolás Fernández Guisado, presidente del sindicato de profesores Anpe, pero Marina y muchos otros lo comparten. Por otro lado, los profesores españoles no practican el deporte de la formación continua (según el Informe Talis, el 97% considera que ya está suficientemente formado para su profesión). Hay que mejorar la formación de los docentes.

3º. Incentivos


 
 
La sociedad no prestigia la labor del docente (siete de cada 10 expertos sondeados por WISE cree que al maestro no se le trata con suficiente respeto y dignidad). Esto les lleva a perder la pasión por su oficio y a estar desmotivados. «El sistema no recompensa a los que mejor lo hacen. Si tú te esfuerzas más que los demás, no obtienes ninguna recompensa a cambio», admite Fernández Guisado. ¿Soluciones? Incentivar económicamente a los profesores y ofrecer más posibilidades de prosperar en su carrera. Los sindicatos de profesores, sin embargo, no ven con buenos ojos que parte del sueldo de los maestros dependa de los resultados del centro.

4º. Aislamiento

Hay «secretismo en el aula», según Marina: «Son muy pocos los docentes que entran en otras aulas para ver cómo sus compañeros están dando la clase». En su opinión, viven «en una burbuja» y no cuentan con el resto de la tribu educativa. Como tratamiento propone crear más comunidades de aprendizaje y redes educadoras donde se compartan experiencias de éxito.
El otro gran problema es «la desconfianza» con la que los docentes miran el mundo empresarial. Francisco Michavila, director de la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria, constata que «la vinculación de la universidad con el mercado laboral es insuficiente». La encuesta de WISE concluye «que el fracaso educativo para mantener el ritmo con respecto a los puestos de trabajo cambiantes es un problema global».
El 66% de los expertos educativos españoles cree que las universidades no preparan adecuadamente para el mercado de trabajo y el 84% dice que echa en falta «una educación basada en proyectos» que permita a los estudiantes de Primaria y Secundaria «aplicar lo aprendido al mundo real». «Lo que necesitamos es aprender a innovar», plantea Marina. Faltan prácticas, tutorías, formación y planes más dinámicos en las universidades, añaden los expertos de WISE.
 
 

5º. Liderazgo

Los directores de los centros educativos son clave, pero sólo el 40% ha recibido formación para ejercer su puesto. «En España, nadie le da importancia a los equipos directivos», dice Marina, que añade que «casi siempre consiguen tener éxito seleccionando y manteniendo a los buenos profesores, cosa que sólo pueden hacer los colegios privados y concertados, dado el carácter funcionarial del profesorado de la escuela pública».
«Reino Unido, Finlandia o Suecia consideran prioritaria la formación de los directores, que está potenciada y alentada por la Administración y la Inspección. Los directores suecos, una vez seleccionados, mantienen durante tres años un programa de capacitación. Se les exige currículo, experiencia y proyectos puestos en marcha, evaluación de sus anteriores directores y entrevista personal», explican Lourdes Bazarra y Olga Casanova, formadoras de equipos directivos y autoras de Directivos de escuelas inteligentes (SM). «Estamos consiguiendo la transformación del aula, pero hay que conseguir la transformación de la escuela y ese cambio es imposible sin el liderazgo de los directores».

jueves, 22 de octubre de 2015

La obsesión por educar niños triunfadores

A principios de este año salió el presente artículo que considero tan cierto como estremecedor y tan verdadero como asqueroso. Personalmente no me dice nada nuevo que no supiera ya, pero siempre te hace sentir un estremecimiento escuchar o leer esta clase de cosas.
¿Dónde cruzamos esa línea que es la preocupación por la educación de nuestros hijos, con la de nuestro propio egoísmo? ¿pensamos que realmente estamos haciendo lo mejor por nuestros hijos o por nosotros mismos? No cabe duda de que el tema es algo más complejo, pero desde luego no constituye un avance en la sociedad, sino una dificultad.
Un ejemplo que me viene a la cabeza, si realizáramos una lista en vertical de la clase política (con nombre y apellidos), y pusiéramos una columna al lado el nombre, del colegio o universidad (en el menor de los casos, ya que son pocos los que tienen estudios superiores) en la que han estudiado, nos sorprenderíamos de las “coincidencias” en una GRAN mayoría de los casos. Como a veces digo, la mierda siempre baja por la misma cañería.
 
Deleitaros con la lectura y si tenéis algo de tiempo entreteneros con este enlace ¡¡TACHAN!!

 
Victoria lleva a su hija de dos años a uno de los colegios más prestigiosos de España. Está en una urbanización de las afueras de Madrid, a una hora larga de camino de su casa y hace ese trayecto cada día desde que la niña era solo un bebé de meses. Madrugones, atascos y encaje de bolillos organizativo para que pase allí escasamente cuatro horas. En ese centro de estudios ofrecen desde los cero años un programa de enseñanza en inglés e introducción al chino mandarín. Y también hacen, claro, lo que en cualquier otro: dibujan, juegan, cantan, practican deporte, aprenden las formas y los colores... "La formación comienza desde la cuna. Hay que aprovechar esa capacidad asombrosa de aprendizaje y, cuanto antes empiecen, más preparados estarán. Su futuro depende de ello", opina Victoria mientras hace cuentas de memoria: la inscripción y la matrícula aproximadamente 500 euros, y después, una factura mensual de algo más de esa cantidad. No es millonaria, pero tanto ella como su marido ocupan puestos de trabajo bien remunerados y desde antes de ser padres dejaron claro que querían invertir en el futuro de su descendencia. "Por eso decidimos tener solo una, para no escatimar en gastos, sobre todo educativos".

Aseguran los expertos que la obsesión por la educación y la competitividad se exacerba en tiempos de crisis. El sociólogo alemán Berthold Vogel reflexiona sobre esta creciente tendencia en su libro 'El ocaso de la clase media'. La precariedad del bienestar: "Estamos ante padres que intentan combatir sus propias carencias formativas con un exceso de celo. Se sienten vulnerables ante el paro y agobiados por el futuro. El temor a que sus hijos no consigan alcanzar su propio nivel de vida les lleva a ofrecerles una agenda formativa perfecta y a contagiarles su afán competitivo".

La obsesión por la escuela infantil de sus hijos es tal que está impulsando, entre los más adinerados, un nuevo negocio: el de las agencias de asesoría para diseñar los perfiles escolares de niños de pocos años, o incluso de meses. En España no se ha definido (aún), pero en ciudades como Londres o Nueva York, donde la llegada de nuevos multimillonarios procedentes de Asia, América, Oriente Medio o Rusia han desestabilizado más todavía el débil equilibrio entre oferta y demanda, los diseñadores de futuro se cotizan al alza. Empresas como Bonas MacFarlane (perteneciente a la familia de Cressida Bonas, que fue durante años la novia del príncipe Harry de Inglaterra), Holland Park Tuition & Education Consultants o Educate Private cobran miles de libras por asesorar a sus clientes, optimizar al máximo sus posibilidades de ser admitidos en el centro educativo deseado y trazar con tiralíneas su camino hacia un futuro de éxito.

Una madre de Notting Hill, uno de los barrios londinenses más cotizados, lo relata así en su blog: "Me di cuenta de lo competitivo que era ese mundo cuando otros padres me contaban que llamaban a la guardería una vez al mes e incluso les mandaban regalos, tarjetas, fotos de sus hijos, galletas... Tienes que visitarles continuamente y decirles lo mucho que te gusta el centro y dejar caer nombres de posibles influencias o de otros padres con niños matriculados". Ese es el juego en el que hay que participar si quieres que tus hijos entren en Acorn, Minors Nursery, Strawberry Fields, Ladbroke Square Montessori o Miss Daisy's y, que de este modo, compartan pupitre con príncipes, vástagos de magnates, de miembros de la nobleza, políticos y altos directivos de la City. Un pase VIP para los mejores colegios y las universidades internacionales donde se forman las élites y una garantía para no ser jamás un don nadie, ya que estas instituciones académicas cuentan con una sólida red de antiguos alumnos que llenarán las páginas de una agenda muy valiosa. Tal vez los niños sacarán provecho en el futuro a estos compañeros del presente, pero tanto esfuerzo no es solo por los chavales: mientras ellos pintan con los dedos ajenos a preocupaciones sobre su porvenir, en las reuniones del colegio, festivales, cumpleaños y hasta en las gradas durante los eventos deportivos, los padres tejen las redes de sus propios 'business' y acechan en busca de contactos políticos, inversores para sus proyectos o clientes de sus negocios... Todos ganan.

La misma neurosis competitiva ha invadido la Gran Manzana. En un mundo dominado por la cultura del éxito, entrar en preescolar es más difícil que ser admitido en Harvard. Esa es, precisamente, la premisa de 'Nursery University', un documental que sigue a seis familias de diferentes ámbitos sociales en su viaje para encontrar plaza en una escuela infantil. En él se ve a una madre a la que el mundo se le viene abajo cuando recibe una carta de rechazo de su guardería favorita, a padres rompiéndose la cabeza para rellenar formularios de solicitud que demuestren la brillantez de sus bebés, pruebas de inteligencia a personitas que todavía usan pañales, parejas que ya vislumbran cómo será el primer año de sus bebés en la universidad de Yale... 
En Nueva York, como en España, la mayoría de los colegios infantiles más caros y prestigiosos forma parte de centros que tienen también educación primaria y secundaria, y donde los estudiantes pueden permanecer hasta que vayan a la Universidad. "Las vacantes son raras, así que si a los tres años estás dentro, estás dentro. Si no, te quedas fuera", explica uno de los asesores más reputados de Manhattan. Y cotizados: su empresa, Aristotle Circle, cobra 400 dólares por 45 minutos de observaciones y consejos. Emily Shapiro, que se presenta a sí misma como 'coach' de admisiones en preescolar, ofrece diversos servicios según las necesidades del cliente. Hablará por teléfono con los padres por 150 dólares la hora o en persona por 250. También imparte talleres y charlas en grupos pequeños por 400. Puede parecer mucho, pero es solo un grano de arena en el cómputo general. En los mejores parvularios de Nueva York la tarifa no baja de los 25.000 dólares anuales, solo por las mañanas, y las más selectas llegan hasta los 40.000. Echen cuentas de lo que supondrá la factura escolar antes incluso de alcanzar la edad de la escuela primaria.

Victoria asiente con la cabeza al escuchar las cifras. "En España los precios no son tan altos, pero si lo fueran y pudiera pagarlo, lo haría. No hay nada mejor en lo que gastar el dinero que en educación. Esa es nuestra opinión". Y, de paso, iniciar una buena red de contactos... ¿Tan importantes son? "Sí, claro. Quien diga que no, no vive en este mundo".
En las reuniones, festivales y eventos del colegio los padres tejen las redes sociales de sus propios 'business' y acechan en busca de contactos.

En España los centros más reputados son: Montessori, Montserrat, San Patricio, Colegio Base, Liceo Europeo, Montfort, Centros Sek, King's College, American School... y otros (todos en la lista de los 100 mejores colegios de El Mundo y en la Guía de los Mejores Colegios auspiciada por Infoempleo) ofrecen en su menú educativo idiomas, tecnología, ordenadores y pizarras digitales como herramientas de trabajo cotidiano, con software educativo específico para diversas materias... Pero la calidad de la formación es solo uno de los objetivos de los padres que pretenden dar a sus hijos una ventaja que los haga destacar entre el resto y tener el máximo de opciones para triunfar. Hay otro que es igual de importante: los contactos. En algunos de estos colegios el niño jugará y pronunciará sus primeros balbuceos en alemán, inglés, francés o mandarín junto a nietos de baronesas y de duquesas, parientes cercanos del Rey o futbolistas cotizadísimos, ministros, presidentes, empresarios de postín, actores y artistas...
Por todo ello, encontrar plaza en esos reputados centros es difícil. En los concertados, cada año se desatan las mismas batallas de puntos, requisitos y opciones. Y en los de adscripción privada, la competencia también es feroz porque hay poca oferta para una demanda creciente (a pesar de que las tarifas, en general, se sitúen entre los 5.000 y los 20.000 euros anuales, extras aparte). "El prestigio de un centro suele ir unido a su exigencia en los procesos de selección y, por lo general, cuanto más complicado es el acceso, mayor es el número de estudiantes que desean una plaza", señalan los expertos que han elaborado la 'Guía de los mejores colegios de España'. Aunque algunos de los más elitistas no tienen educación infantil (de tres a seis años), sí suelen contar con acuerdos o preferencia por los niños procedentes de determinados centros, así que las listas de espera son largas.

La educación obligatoria no comienza hasta los seis años, pero raro es el padre que alarga el ingreso de sus hijos en la vida escolar más allá de los tres. "Si no, olvídate de tener plaza en el colegio que quieres y, aun así, a esa edad muchas veces ya es demasiado tarde, por eso muchos van a la guardería para asegurarse el puesto", explica Victoria. Y no es que el parvulario sea tan crucial para su formación, pero "un aspecto interesante, que no siempre se toma en consideración, es la relación del colegio con universidades o centros de formación superior. Este tipo de convenios puede significar que el ideario del centro tiene su prolongación en una universidad y que sus estudiantes gozarán de prioridad en el acceso", aclara la mencionada guía. Y ese es, efectivamente, uno de los argumentos que esgrimen las escuelas infantiles y que los padres persiguen. "El cien por cien de los alumnos que terminan nuestro ciclo educativo consigue una plaza en la universidad deseada", dice la presentación de un cole en su web.
 

Viveros de poder
Los lazos entre centros infantiles, de educación secundaria y universidades cobran todavía mayor relevancia en función de los resultados del estudio 'Investigando a los ricos y poderosos del mundo'. Su autor, Jonathan Wai, científico y experto en temas relacionados con el desarrollo del talento intelectual y creativo, ha buceado en el recorrido académico de 4.000 multimillonarios, profesionales con voz en el Foro Económico de Davos, y los directivos y empresarios más poderosos según 'Forbes', para concluir que la mayoría de ellos tuvieron una educación de élite. Podría ser que el poder del 'networking', del prestigio del nombre y la calidad de la educación, asociados a las universidades, alzara a esas personas a posiciones de influencia, argumenta el estudio. O también que los más inteligentes y capacitados terminen asistiendo a escuelas de élite debido a sus altas calificaciones y otros indicadores académicos, y la educación de élite no importe tanto como las aptitudes personales. "Probablemente, como en la mayoría de las cosas, sea una combinación de todos estos factores, en diferente medida para distintas personas", concluye el autor.

 

jueves, 8 de octubre de 2015

Llegan los 'padres helicóptero'

Si usted se empeña en acompañar a su hijo a una entrevista de trabajo o rellenar por él la solicitud de ingreso en la universidad, es, le guste o no, un padre helicóptero. Así se conoce a los progenitores hiperprotectores que sobrevuelan sin cesar sobre la vida de sus hijos, pendientes a todas horas de sus necesidades, de sus deseos y de su futuro.
El término es muy popular en EEUU -donde uno de cada 10 estudiantes tiene este tipo de padres- y desde hace poco comienza a oírse también en España. El fenómeno se está expandiendo en nuestro país debido, en buena medida, a la inseguridad que ha instalado la crisis en las familias tras una década de crecimiento económico por la llegada de un mundo indefinido cuyas reglas nadie acaba de entender del todo bien.
Según un estudio publicado recientemente en el National Bureau of Economic Research por los economistas Fabrizio Zilibotti y Matthias Doepke, la desigualdad y la crisis económica cambian los métodos educativos y hacen a los padres menos permisivos y más controladores.
El trabajo -que llega cuando el economista del momento, Thomas Piketty (hoy en Madrid), ha puesto de moda el debate sobre la desigualdad- ha sido muy comentado en el mundo académico porque defiende que la elección del modo en que se educa a los hijos está influenciado por incentivos económicos. Los padres deciden si utilizan un estilo autoritario, persuasivo o permisivo en función de los costes y beneficios que les reporta cada uno. En los años 60 y 70, por ejemplo, se llevaba ser permisivo, entre otras cosas porque los trabajadores poco cualificados ganaban casi tanto como los cualificados y los padres podían permitirse fomentar la imaginación y la independencia de los niños frente a otros valores, como el trabajo puro y duro.
"Los últimos 30 años, por el contrario, se han caracterizado por una creciente desigualdad que se ha visto acompañada por el aumento de los rendimientos asociados a la educación. Los niños que no logran completar su educación ya no pueden aspirar a una vida de clase media y, en consecuencia, los padres han redoblado sus esfuerzos para asegurar el éxito de sus hijos", explica a EL MUNDO Fabrizio Zilibotti, catedrático de Macroeconomía y Economía Política de la Universidad de Zurich.
La crisis y la desigualdad económica hacen a los padres más controladores con sus hijos
"Esto no quiere decir que haya vuelto a estar de moda el estilo autoritario con castigos corporales", precisa Zilibotti, que acaba de ser elegido presidente de la Asociación Económica Europea. "Al contrario, los padres utilizan cada vez más estilos educativos persuasivos con los que impulsar a los hijos a elegir trabajar más y pensar más en su futuro".
Los modelos autoritario y persuasivo tienen costes en términos de tiempo, esfuerzo y preocupación, pero son rentables porque el hijo responde, en el sentido de que hace más lo que se espera de él.
El español Antonio Cabrales, catedrático de Economía de la University College London, opina que "la virtud del estudio es que nos explica que los padres que escogen un modelo u otro no están necesariamente equivocados, sino que simplemente reaccionan de manera óptima a sus circunstancias".
"Esto sugiere que los jóvenes que están a punto de ser padres, y que se dan cuenta de los diferenciales de tasas de paro entre los que tienen sólo la ESO y los que han ido a la Universidad, sean más exigentes con sus hijos a la hora de vigilar sus estudios", añade Cabrales.
El trabajo apunta que los estilos educativos que están más encima de los hijos se asocian a las regiones con una mayor desigualdad económica y los más relajados, a lugares -como los países escandinavos- con menor desigualdad.
¿Y en España qué ha ocurrido? ¿La situación económica influye para que los padres sean más controladores? "Mi impresión es que sí. En España veníamos de la dictadura y la gente que tuvo hijos inmediatamente después les dio una educación muy permisiva, en parte, como respuesta al régimen. En los años más recientes, esto ha ido cambiando. Las familias tienen menos niños y más implicación en cada uno de ellos. Subsistir no es la obsesión básica y se abren a nuevas preocupaciones. Ahora, el futuro de los hijos es lo que adquiere importancia. La educación es una preocupación social de la que se habla en la calle", responde Antonio Villar, catedrático de Economía de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, no tiene tan claro que la economía condicione el modelo educativo escogido por los padres tanto como dicen Zilibotti y Doepke, pero sí cree que "lo que está haciendo la crisis es que la gente se dé cuenta de que se necesita más la educación".
Durante las vacas gordas, no necesariamente había que estudiar para encontrar un empleo bien remunerado. Chicos que colgaron los libros a los 15 años encontraban trabajo en la construcción ganando más que un licenciado. Pero ahora los padres son conscientes de que esas matrículas de honor, ese máster, esas prácticas sin remunerar en una firma de renombre son las que van a diferenciar a su hijo de entre los 2,2 millones de jóvenes menores de 34 años que están en paro.
 
De ahí que muchas familias opten por modelos educativos más tradicionales frente a proyectos pedagógicos más innovadores. Según la Encuesta Mundial de Valores, el 63% de los españoles apuesta por que sus hijos trabajen duro, frente a otros valores como la independencia y la imaginación, que son más ensalzados en la media de los países de la OCDE, pero aquí no.
"La exigencia no siempre es bien trasladada y, en vez de acompañarles, les sustituye"
De ahí el auge de los rankings sobre los mejores colegios, las mejores universidades y las carreras más demandadas, que son consultados de forma un tanto obsesiva. Las familias sienten que ya no pueden permitirse el lujo de que el hijo estudie Filología Eslava, por mucho que le guste.
"Vivimos en una sociedad cada vez más competitiva, que cada día exige más a nuestros hijos: más conocimientos, habilidades, mejores resultados... Y, al final, esta mayor exigencia es asumida por los padres y no siempre bien trasladada a nuestros hijos: queremos que lleguen a su futuro con la mochila lo más llena posible y tratando de eliminar cualquier obstáculo, error personal o intelectual que se interponga en su camino", señala el pedagogo Jerónimo García Ugarte, colaborador del portal educativo Superpadres.com.
La crisis ha aumentado la preocupación por el futuro y ha disparado el miedo de los padres a que sus hijos se equivoquen "y a que no sean capaces de alcanzar por sí solos todas esas exigencias que pensamos que la sociedad les demanda", añade. Por eso, "intentan sustituirles, en vez de acompañarles en su proceso de maduración".
El filósofo José Antonio Marina está de acuerdo: "Estamos en una cultura del miedo. Hay un sentimiento de precariedad y provisionalidad y una reacción, que es la sobreprotección, el pensar que el niño no va a saber desenvolverse".
Por eso, hay cada vez más padres helicóptero, padres apisonadora (que allanan el camino para que su hijo no tenga dificultades) y padres guardaespaldas (que se convierten en la sombra de sus hijos para que nada ni nadie pueda dañarles). Lo hacen con buena intención y con mucho cariño, pero, en ese afán por controlarlo todo, acaban anulando la independencia y la autonomía de los críos. Según los expertos, éste es "uno de los mayores errores en la educación de los hijos".
"Los niños con padres sobreprotectores desarrollan menos competencias emocionales y a la larga son más inseguros", advierte la psicóloga Silvia Álava, autora del libro Queremos hijos felices.
Javier Urra, ex defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, constata que el fenómeno de la hiperprotección va en aumento. "Los padres están para ayudar a caminar a los hijos, no para vivir por ellos. Doy clases en la Universidad y he visto a un padre ir con su hijo, de segundo curso de carrera, a entregar la solicitud de ingreso. 'Es por echar una mano', se justificaba el padre. Pero está haciendo a su hijo incapaz. Si un chico, a esa edad, no sabe gestionar su matrícula, no debería estar en la Universidad".
 

De la mano a la entrevista

Una directora de Recursos Humanos entrevista a un chico que aspira a un trabajo. Al día siguiente, el padre del entrevistado le telefonea para preguntarle qué tal ha ido. Ella le responde: "¿No cree que esta llamada que acaba de hacer es tan contraproducente que sólo por eso no voy a contratar a su hijo?".
La historia (real y reciente) la cuenta el filósofo José Antonio Marina, pero cualquier educador, psicólogo o persona que trabaje con jóvenes puede contar ejemplos parecidos de padres helicóptero. La psicóloga Silvia Álava constata que hay progenitores que acompañan a sus hijos a entrevistas de trabajo y que incluso quieren estar presentes durante el momento en que se realiza la prueba. "Yo he regañado a un padre porque acompañó a su hijo a una entrevista. Al chico no le van a coger en la vida, porque da la imagen de que no está capacitado. Incluso sé de padres que admiten que cada día llevan a sus hijos en coche al lugar en el que éstos trabajan".
Álava sabe más casos de padres helicóptero. Recuerda que, cuando daba clase en la Universidad Autónoma de Madrid, se encontraba con progenitores que acudían a entrevistarse con el profesor para revisar exámenes que habían realizado sus hijos y que no habían obtenido la nota esperada.
"Vas a cualquier universidad madrileña el día en que tiene lugar la Prueba de Acceso a la Universidad y no veas la cantidad de padres que hay comiendo con sus hijos. En mi época, cuando era la Selectividad, no había ningún padre y los que la hacíamos comíamos con los amigos. El año pasado pasé por la Universidad Complutense y vi cómo los padres llevaban a los chicos a hacer el examen".
¿Y no les da vergüenza a esos jóvenes, muchos de ellos ya mayores de edad, el hecho de ser vistos en público junto a sus progenitores? "Es un perfil de chicos sobreprotegidos", responde Álava. "No se sienten seguros ni se sienten autónomos. No han desarrollado competencias de seguridad y muchas veces son ellos mismos los que les dicen a sus padres: 'No me dejes solo, no me dejes'. Pero hay que dejarles que vuelen".
"Ahora que ha terminado el primer trimestre y vienen las notas, muchos padres hacen lo posible y lo imposible para que sus hijos aprueben, aunque no hayan estudiado. Hasta llegan a justificar ante los profesores, mintiendo delante de los hijos, el que no hayan trabajado lo suficiente. Dicen incluso que han estado malos...", cuenta el pedagogo Jerónimo García Ugarte, profesor desde hace muchos años en un colegio de la zona norte de Madrid.
"Yo les preguntaría a estos padres: '¿Qué es mejor? ¿Que su hijo de nueve años apruebe el trimestre de Matemáticas o Lengua o que aprenda que no cumplir con sus responsabilidades tiene unas determinadas consecuencias?' Al final, la sobreprotección tiene mucho que ver con el modo en que miramos la educación de nuestros hijos. Si miramos solamente a corto plazo, a lo que es mejor para ellos hoy, nos acercamos más a esa sobreprotección. En cambio, si miramos más allá, a lo que será mejor para ellos el día de mañana, cuando tengan que tomar definitivamente las riendas de su futuro, estaremos más cerca de ser cada día mejores padres", reflexiona García Ugarte.
La psicóloga Margarita Montes Arribas reconoce que en su consulta se encuentra a menudo con "situaciones verdaderamente llamativas": "Abuelas que insisten en venir y contar ellas de primera mano lo que realmente le pasa a su nieto". "¡La cara que ponen las pobres cuando pido que, de momento, entren únicamente los padres!", exclama.
¿Algún caso especialmente llamativo? El de un ejecutivo de 35 años que pidió una primera cita con Montes. Hacía casi un año que lo había dejado con su novia y él seguía sintiéndose muy triste. Le contó a la terapeuta que sus padres, que vivían en Lugo, insistían en acudir a la sesión. Incluso localizaron el teléfono de la psicóloga y la llamaron. Ella accedió a darles cita a todos. "Pero, en vez de entrar en una infinita discusión sobre la conveniencia de sobreproteger o no a los hijos, pedí a los padres que se quedaran en la sala de espera. Cinco minutos antes de que terminara la sesión, les hice pasar y de forma cariñosa les felicité por el hijo tan estupendo que habían educado. También les agradecí su inestimable apoyo aguardando en la sala de espera, porque el hijo sabía que les tenía cerca. Les hice saber que podía ser útil si querían volver, a la sala de espera, en las siguientes sesiones".
"En cada momento del crecimiento de la persona, ésta debe pelear por sus propias batallas.Debemos darnos cuenta de que no ayudamos a nuestros hijos dándoles la solución, sino prestándoles el apoyo desde fuera. Si en la adolescencia los chicos no toman decisiones, nunca tomarán la iniciativa y esto producirá disfunciones sociales tremendas en todos los niveles", concluye José Antonio Marina.